La prevención de crisis también significa, sobre todo, aprender de las situaciones ya vividas, optimizar los procesos y prepararse para futuros acontecimientos similares. Esto se aplica no sólo a las empresas, sino a la sociedad en su conjunto. Todos deben asumir su responsabilidad. Para ellos mismos y para los que no pueden hacerlo por sí mismos, lo que incluye sobre todo a los niños.
La guerra en Ucrania ha llevado al país a una situación excepcional y ha obligado a millones de personas a huir. En esta situación, una vez superado el shock inicial, lo primero que hay que hacer es la gestión de crisis agudas en el punto de mira. Hay que satisfacer las necesidades básicas: proporcionar un nuevo hogar, comida y ropa, atención médica y espiritual.
Pero, ¿qué pasa después? ¿Cómo se organiza la vida cotidiana, cómo funciona el comienzo de la escuela y la integración en el nuevo entorno?
La enseñanza digital en tiempos de guerra
Ucrania lleva más de seis semanas luchando contra la invasión rusa y aún así ha conseguido que el sistema educativo funcione digitalmente. Los profesores están en las aulas de la zona de guerra y enseñan a sus alumnos, que ahora están repartidos por toda Europa. Una y otra vez suenan sirenas y los profesores tienen que retirarse a los refugios. Poco después, las lecciones continúan.
Esto no sólo proporciona a los niños una educación, sino que también les da un trozo de hogar. La situación es similar en las universidades: Incluso profesores que ya no están en Ucrania imparten conferencias digitales para los estudiantes que han encontrado refugio en los lugares más diversos. Uno de ellos se aloja en casa de nuestro colega del BM en el sur de Alemania y puede continuar sus estudios a distancia, en su nuevo hogar. Un trozo de normalidad que da esperanza.
¿Qué tan bien preparados estamos en Alemania?
En comparación, la situación en Alemania, incluso después de dos años de pandemia, parece bastante diferente. Las escuelas aún no están digitalizadas en su totalidad. Los escolares que tienen que quedarse en casa por cuarentena o enfermedad no pueden asistir a las clases en directo.
¿Podríamos dar a los niños un trozo de hogar y de normalidad si de repente nos encontráramos en estado de guerra?
En lugar de esperar o desear que todo se "normalice" y que no se repita una pandemia o que no estalle un estado de guerra, hay que hacer frente a los posibles acontecimientos actuales y futuros. Aceptar las experiencias de otros países, municipios y también empresas y así integrar activamente la prevención de crisis en el propio desarrollo.
Un comentario de Annemarie Wrobel.